lunes, 19 de marzo de 2007

Dando vuelta la página...

He leído tantas cosas durante mi vida y sólo ahora creo comprender la importancia de pasar a la siguiente página y, en realidad, más que este hecho, es lo importante que se vuelve el proceso anterior, es decir, lo necesario que es leer con calma, comprender y lograr asimilar todo lo que hemos repasado, sea bueno o no tanto... Sólo después de recorrer estos pasos y quizás otros, es posible continuar deslumbrándonos con las páginas que siguen, reconociendo lo nuevo, repasando lo demás, aprendiendo de cada línea e intentando descifrar lo que en ellas se intenta decir. La verdad es que creo haber vivido en este minuto y en las últimas situaciones, todo aquello que menciono...es por esto que pienso (y bueno, pretendo convencerme de aquello), que es el momento justo para dar vuelta la página, continuar escribiendo mi historia, seguir disfrutando con los clásicos personajes así como también de aquellos que poco a poco se unen a nuestras aventuras y quienes vuelven a escena, dado que de todos aquellos tengo mucho que aprender...de los clásicos, valorar la permanencia, de los que vuelven, recordar lo aprendido, y de quienes se unen, disfrutar la frescura de lo nuevo, renovar energía y acomodar los nuevos aprendizajes a las experiencias ya vividas.


Claro, en letras todo se ve fácil y bonito...pero que lata vivir a partir de lo fácil...es mucho mejor enfrentar desafíos, luchar, disfrutar victorias y vivir las derrotas como lo que son, no intentar disfrazarlas para evitar las emociones que las acompañan...al contrario, vivirlas y aprender de ellas. Lo que cuesta es lo que más se valora, al menos así lo he vivido, "lo que fácil llega...fácil se va" dicen por ahí. Creo que puedo plasmar en letras todo esto porque ya pasé la parte difícil, ya disfruté de las victorias y viví a concho los fracasos... compartí mi felicidad con los fieles compañeros y, por qué no decirlo, con aquellos que sólo están en algunas escenas también...lloré mis penas con quienes no esperan mayor reconocimiento para permanecer a mi lado, pero que sin duda lo merecen a diario, porque son los de verdad, aquellos con quienes estoy unida a través del corazón completo y no sólo por una porción de él...y es por eso que ahora puedo sentir el placer de mirar hacia atrás y dar gracias por las líneas escritas...aquellas que ahora me permiten dar vuelta la página...


viernes, 9 de marzo de 2007

Primer paso...

Y aquí estoy...luego de mucho tiempo, me decido a plasmar algunas letras, esas que unidas me ayudarán a compartir ideas con quienes así lo deseen.
Voy a comenzar contando un poquito el por qué del título que he decidido para esta página. La verdad, es que desde hace un tiempo he logrado hacer conciente la dificultad que existe para poder equilibrar las cosas entre lo racional y lo instintivo...obviamente esta tarea no la realicé sola, me he servido de cuatro años experimentando diversas situaciones guida por personas con un conocimiento digno de alabanza a quienes agradezco por todo lo que han sabido compartir con nosotros, alumnos sedientos de aprendizaje. Bueno, siguiendo con la explicación, he logrado comprender algo (aunque indudablemente me falta muchísimo por conocer) de lo tan complejo que es el funcionamiento psíquico y la riqueza infinita de sus partes que, siendo cómplices unas de otras, nos regalan individualidad y, a partir de esto, leyendo por aquí y por allá, me encuentro con una analogía (al menos para mí...aunque una amiga muy especial quizás diga: "oh! Prisilla...¿funcionando con lógica personal?") entre estos términos utilizados en filosofía (Manas-taijasi ) y los descritos en psicología como Conciente e Inconsciente, es decir, ambos apuntando a lo racional y lo instintivo y, justamente, en la descripción filosófica que leí sobre Manas-taijasi, aparece el título que he puesto: "La razón humana alumbrada por la luz del espíritu"... a mi entender, podría ser algo así como "La conciencia humana adornada por las manifiestaciones del inconsciente" y es que así es como funcionamos, nuestras conductas cubiertas de un baño inconsciente que intenta aflorar nuestros temores y deseos. Claramente en algunas personas la conciencia, el Súper Yo, o la norma, logra someter a nuestros deseos adecuándolos a lo que socialmente se espera, o al menos a lo que se nos impone como adecuado, quizás en ocasiones exagerando límites, bloqueando funciones importantes dentro de la convivencia como por ejemplo, la expresión de las propias emociones, tornando nuestros actos más racionales que emocionales. Claro está, que también hay otros en que las cosas se dan al revés, es decir, exagerando la manifiestación de los deseos sobrepasando la libertad que termina donde empieza la de los otros, llevando a cabo lo necesario (y a veces más) para conseguir nuestra propia satisfacción dejando de considerar lo que esto significa para quienes están con nosotros y volviendo nuestras conductas, a ojos de muchos, más bizarras, sin ningún filtro reflexivo que permita canalizar nuestras pulsiones de manera que lo instintivo no logre desorganizar nuestro funcionamiento...Claro, expongo situaciones extremas, pero que difícil encontrar el equilibrio entre ambas propuestas. No soy quien para decidir cuál de las dos es mejor, y es que, de hecho, creo que no es de esto de lo que trata el dilema, no hay mejores ni peores, sólo son distintas maneras de funcionar que, al comprenderlas, facilita las relaciones interpersonales porque ya no son tan extrañas, claro, luego de que logramos reconocer que la individualidad es un hecho y que difícilmente encontraremos a alguien igual a nosotros, cuando aceptamos estas diferencias y tenemos la disposición para comprenderlas y aceptarlas, todo se vuelve un poco más claro. Es por esto que el título ha hecho un clic en mi, dado que refleja "de manera simple" la complejidad de nuestra naturaleza... Nuestro inconsciente es quien se encarga de sazonar las conductas que de cierta manera son la carta de presentación de nuestro ser frente al mundo...